EPIDEMIA DE DEFICIENCIA DE VITAMINA D

Aunque siempre se ha ligado la acción de la vitamina D al metabolismo de los huesos a través de la absorción del calcio, también está fuertemente implicada en el metabolismo del sistema nervioso.

Se ha encontrado deficiencia de vitamina D en enfermedades neurológicas como Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple, epilepsia o esquizofrenia, en trastornos del estado de ánimo como depresión.

Aquellas personas con niveles de vitamina D más altos, tienen menor riesgo de diversos tipos de cáncer respecto a aquellas personas con niveles más bajos.

Aquellas personas con niveles más elevados de vitamina D tienen menor riesgo de: cardiopatías, de diabetes tipo I y diabetes tipo II, de artrosis, osteoporosis, fracturas, caídas, asma, alergias, infecciones respiratorias, artritis, fatiga, hipertensión, y de ciertas enfermedades neurológicas.

Exposición a rayos solares

Los beneficios de la exposición razonable al sol sobrepasan los riesgos; el déficit de Vit D provoca un mayor riesgo de enfermedades varias cómo decimos en el párrafo anterior, que cáncer de piel. La exposición al sol es antidepresiva y mejora los ciclos de sueño.

Los seres humanos necesitamos el sol para vivir.  Es absolutamente antidarwiniano pensar que hay que evitar el sol. El sol (la radiación ultravioleta – UV) es la mejor fuente de vitamina D.

Existen varios factores a tener en cuenta para medir el impacto de la radiación solar. El ecuador está a 0º de latitud y los rayos UV están a la menor distancia de la tierra. Por encima de 35º de latitud, la piel no es capaz de generar casi vitamina D desde otoño hasta primavera. Igualmente influye la altitud: con menor altitud, mayor radiación es absorbida por la atmósfera.   Aquellos que viven en la montaña por lo tanto tienen mayor acceso a los rayos UV. La polución bloquea los UV, al igual que las nubes. Las cremas solares también impiden prácticamente por completo la síntesis de vitamina D. La radiación UVB tampoco penetra bien la ropa ni los cristales, por lo que el sol que penetra por una ventana no produce vitamina D.

Nutrición y vitamina D.

Es difícil obtener la vitamina D necesaria a través de la alimentación. Una persona deficiente en vitamina D debería tomar unos 20 vasos de leche (enriquecida) o 10 huevos diarios para alcanzar niveles adecuados en sangre. El salmón y otros pescados grasos de piscifactoría tienen niveles despreciables de vitamina D (y omega 3). Es, de nuevo, la importancia de la salud evolutiva: el salmón salvaje se alimenta de zooplancton y fitoplancton que ha fotosintetizado la vitamina D en el mar, desde hace cientos de millones de años. La naturaleza no ha alimentado a los salmones con maiz y granos, como se hace en las piscifactorías. Con estas prácticas se pierde la vitamina D.

Los suplementos y alimentos enriquecidospueden tener vitamina D2 y D3; como la vitamina D3 es posiblemente más biodisponible y es además la forma sintetizada por la piel en exposición a radiación UV, es la más recomendable de suplementar si existe posibilidad de elegir.

Las grasas poliinsaturadas, esas que son las grasas “buenas”, disminuyen la disponibilidad de la vitamina D, cosa que no sucede con la grasa saturada “mala”.

Cada día pasamos más tiempo en interiores, ya sea en el trabajo, en  sociedad, incluido en nuestro tiempo de ocio. En los últimos años se ha apreciado un descenso en los niveles de vitamina D de la población, entre las posibles causas aquí enumeramos algunas:

-Paseamos más por la sombra.

-Usamos sombrillas o sombreros para evitar el sol.

– Uso de las cremas de protección solar.

-Reducimos el consumo de ciertas grasas.

-Realizamos menos ejercicio.

Sin embargo, tomar las cantidades diarias recomendadas, e incluso superarlas, tampoco es suficiente para mantener niveles adecuados de vitamina D en sangre .En España el 61% de los universitarios de medicina y el 87% de las personas mayores de 64 años presentan insuficiencia o deficiencia incluso en un lugar tan soleado como Gran Canaria.

La piel muy pigmentada (muy oscura), requiere 3-6 veces mayor exposición al sol que la piel clara para alcanzar los mismos niveles de vitamina D. En un estudio con gente con sobrepeso a las que se irradió en una cabina con rayos UVB, los niveles de vitamina D alcanzados en sangre fueron un 50% menores que los niveles alcanzados por personas normopeso.

Esto debe ser tenido en cuenta por los médicos y nutricionistas a la hora de pautar la dosis de vitamina D en gente con problemas para mantener niveles adecuados, recordad:

  • personas con sobrepeso.
  • personas de raza negra, sudamericanas o del sudeste asiático.
  • personas mayores.
  • Diabéticos.
  • mujeres embarazadas.
  • personas hospitalizadas, encamadas, etc.

RECOMENDACIONES:

  • Actividad al aire libre diaria (por ejemplo pasear) como mínimo de una hora durante el día. En verano 20 minutos de paseo son suficientes con poca ropa (brazos y piernas al aire) en días alternos. Tumbarse al sol en la playa sin protección no es razonable ni adecuado en términos de salud.
  • En adultos: suplemento de 1000 IU en verano y 2000 IU en invierno.
  • En ancianos la actividad exterior está muy reducida, especialmente en población institucionalizada (geriátricos, etc). Suplemento de 2000 IU durante todo el año, o más hasta alcanzar valores estables en sangre.
  • Las personas con sobrepeso son más susceptibles de presentar déficit de vitamina D. 2000 IU durante todo el año o más hasta alcanzar valores estables en sangre.