¿EL HAMBRE EXISTE?

Aplicado a nuestro método nutricionacosta.com

En esta era de EXCESOS de ofertas alimenticias ya sea a través de la publicidad de los establecimientos de alimentación, o bien ofertas de hostelería… hemos cambiado la definición de HAMBRE.

Es muy común escuchar “tengo hambre”, cuando realmente lo que tenemos son “ganas de comer”; pero en otros momentos en los que no tenemos hambre, también aprovechamos la más mínima presencia de alimentos para comer…

¡¡¡SIN TENER HAMBRE!!!

Entonces qué tenemos cuándo comemos. Según mi observación en mi larga experiencia de entrevistas a miles de pacientes, comemos porque disponemos de tiempo para comer, recibimos estímulos de varios tipos: olfatorios, visuales y auditivos, y son estos los motivos por los cuales comemos. De hecho cuando nos permiten una hora de comida en el trabajo lo hacemos rápido y no disponemos de mucho tiempo para comer, lo cuál nos hace comer poco. Guardamos el hambre para otro momento de más disponibilidad, lo más común: la cena en casa, y aquí sí, aquí si tenemos “hambre” y tiempo y almacén de comida esperando a nuestro “hambre”, hemos almacenado el hambre de las 4-5-6-7 de la tarde y llegamos a casa “caninos…”

Entonces: ¿Qué hacer?, pues ya lo dice el refrán: “ser más listos que el hambre”. Según mí experiencia lo más recomendable es comer, pero… También es recomendable elegir qué comer. Y un punto muy importante: una vez elegido qué alimento comer, hacerlo con cierta frecuencia; por ello el tan defenestrado picoteo aquí juega un buen papel, ya que el picar el Qué es muy bueno.

Y qué picamos para ir matando el “hambre”: Los pequeños aperitivos no solo no son malos para nuestra alimentación, sino que pueden tener una repercusión positiva en nuestro organismo. El principal problema es nuestra forma de plantear este snack, pues habitualmente tratamos de prescindir de él, hasta que pasan varias horas desde la comida y entonces caemos rendido a cualquier fuente calórica que nos encontremos.

Pepinillos, zanahorias, frutas, quesitos desnatados, fiambres poco grasos, si estamos en casa: Tomates, yogures desnatados, unos pimientos asados, unos champiñones aderezados con un pelín de sal y zumo de limón: Son una delicia!

Además el picoteo te sirve para completar tus necesidades diarias de ciertos nutrientes que igual no los aportas en las comidas principales: sales minerales, vitaminas.

¿Por qué pasar hambre, si se puede recurrir a pequeñas fuentes de energía saludables?